APRENDIÓ A RESPIRAR

Queridos amigos hoy día la mayoría de la gente no respira profundamente, y como consecuencia de esto las células no reciben suficiente energía para mantener la salud del ser humano, ni física ni mentalmente.

Cuando respiramos lenta y profundamente, nosotros recibimos no solo aire, sino también energía vital y mágica, fuerzas renovadoras y luz. Las células del cerebro se alimentan con sangre, oxigeno y luz. No lo debemos olvidar.

Tenemos que tener en cuenta que para que nuestro cerebro funcione bien y no nos cause ningún problema, es necesario que el hombre salga todos los días a la naturaleza y que respire profundamente, porque las células del cerebro necesitan 20 veces más oxigeno que las células de los músculos, por ejemplo. Y cuando respiramos así, nuestra mente debe estar ocupada y enfocada en pensamientos puros, sublimes y muy positivos.

No olvidemos que los pensamientos son fuerzas llenas de energía que actúan sobre nosotros. Por lo tanto, cuanto más puros y positivos son, más provecho tendremos de ellos, puesto que cada enfermedad muestra la presencia de alguna impureza que debe ser limpiada lo antes posible. No es igual pensar en negativo que pensar en positivo y decirte “voy a sanarme el alma y él cuerpo”.

Es importante saber esto ya que un enfermo debe respirar conscientemente, utilizando pensamientos que le ayudan y que introducen más positividad, vida y salud en él y no lo contrario. Los mejores pensamientos siempre son aquellos que nos conectan con nuestra fe, porque es la Fuente de toda la Vida y de toda la Salud que el ser humano puede desear y alcanzar, siempre que se lo proponga.

Ten en cuenta que nunca hay que abandonarse a los pensamientos negativos, malignos o a cualquier otro estado indeseable, que nos hace mucho daño. Se dice, que “HASTA QUE EL HOMBRE RESPIRA, PARA ÉL HAY ESPERANZA”.

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