Queridos
amigos estas fechas pueden ser estresantes porque las personas experimentan la
“obligación” de cumplir demasiados compromisos, como acudir a reuniones para no
“herir” los sentimientos del anfitrión si llegaran a faltar, o ver al viejo
amigo a quien se le prometió visitar desde hace varios meses, por ejemplo;
simultáneamente, es necesario continuar con las actividades regulares que por
sí mismas ocupan todo el día. Terminan siendo estresantes.
En
consecuencia, aparece desesperación, lo que suele traducirse en mal humor,
irritabilidad y escasa tolerancia. El resultado es el escenario perfecto para
acentuar conflictos familiares preexistentes o, lo que es peor, ¡generar
nuevos! Que pueden durar todo el año siguiente o toda la vida….
Quienes
se dedican a estudiar a fondo el funcionamiento de las relaciones sociales
hablan, en términos generales, de los diferentes tipos de problemas que surgen
durante la época navideña:
PERMANENTES.
Son conflictos presentes durante todo el año, que contrastan con el espíritu de
estas fechas. Un ejemplo es el hijo que suele ser cruelmente irónico cada vez
que visita a la familia, lo cual desentona con la cena del 24 de diciembre, ya
que padres y hermanos sentirán con mucha más fuerza que “algo no anda bien con
el joven”. Igualmente, siempre existe la prima o el hermano al que no le
interesa la puntualidad, y de quien se esperaría que por ser la reunión de
Nochebuena hiciera una excepción; si esto no sucede, ese rasgo causará mayor
disgusto del habitual.
DE
LA TEMPORADA. Es frecuente que durante las fiestas decembrinas las familias se
enfrenten a tareas y decisiones que alteran el ánimo, pues deben definir, por
ejemplo, dónde se reunirán para cenar, quién elaborará los platillos, qué
regalos adquirir y cuánto dinero gastar. Todo esto suele perturbar a aquellos
que atraviesan difícil situación económica, ya sea por estar desempleados o
tener deudas que crecieron a lo largo del año.
PROFUNDOS.
En todas las familias existen viejas dificultades o rencillas que generalmente
pasan a segundo plano (pero no desaparecen) porque los integrantes viven de
manera independiente y el trato personal deja de ser cotidiano. Sin embargo, el
conflicto reaparece porque en esta temporada se dispone de más tiempo para
tratar estos problemas. Es el caso de parejas que no han aprendido a
comunicarse, ya que el resto del año sólo se ven al final del día o durante el
fin de semana; por ello, su vida resulta más ordenada o pautada, lo que les
impide darse cuenta de su falta de diálogo hasta que tienen oportunidad de
convivir más tiempo.
Son
solo unos ejemplos de lo complicado que puede ser la despedida del año y la
entrada al nuevo, con más conflictos. No existe ningún consejo para arreglar
todo este dilema, ya que cada persona es un mundo y los consejos deberían de
ser a medida, por lo tanto lo mejor es intentar hacer un plan para disfrutar de
las navidades, con o sin la familia, o ir preparando el terreno unos días
antes, para que el impacto sea menor.
También
es una muy buena solución, intentar echarle un poco de humor y prepararlo todo
en compañía, compartiendo es más fácil que cuando llegue el gran día sea todos
algo más liviano.
Os deseo que todo vaya muy bien y que sobre todo allá paz en las familias, no todos tienen la suerte de tener una y poder disfrutarla.
Os deseo que todo vaya muy bien y que sobre todo allá paz en las familias, no todos tienen la suerte de tener una y poder disfrutarla.
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